el otoño económico y naturaleza.

Dicen algunos que la cosas les empiezan a funcionar, también son las ganas de que así sea, y desde luego con verdaderas ganas se consigue, puede que no se alcance la panacea soñada, pero nos acercaremos y con el esfuerzo realizado nos sentiremos satisfechos.
Este otoño del 2009 es esperanzador, los bosques se nos antojan hermosos, la naturaleza sigue vibrante en espera de atesorar todo lo que después vayamos a necesitar en el frío.
Los ríos van bajando más caudalosos por las lluvias, las hojas de los árboles se ven voraces del agua que están acumulando, y en los ratos, que son muchos, de sol, nos subimos las mangas porque es el verano quien de nuevo nos ríe a carcajadas con la alegría aún juvenil que conservamos.
Ese invierno está a la puerta de la esquina, sabemos que el tiempo corre deprisa, por eso, sin prisa pero sin pausa vamos ensoñando cómo decorar nuestra casa para Navidad.
No hace falta ser creyente para eso, pues aunque nos sintamos poco participativos, sabemos que de nuevo vamos a caer rendidos a esa risa que se filtra de alegría en nuestros corazones, por el simple hecho de las ganas de vivir.
Allá queda la primavera, más lejana, ya risueña, con paciencia poco propia de la juventud, pero nos sorprenderá con su sabiduría, después de todo, la vida renace con ella cada período y nos da la mano para que recorramos todo el calendario con su nuevo retorno.