Gracias a que me forzaron, me salvaron.

Nunca llegaré a saber cómo enseñar a los hij@s para que hagan o no hagan aquello que nos parece que no les conviene, igual digo de las personas a las que amamos y creemos que están haciendo algo que no les va bien, pero están obstinados en hacer otra cosa o bien contraria a la ofrecida.
Recuerdo cuando era pequeña que a veces me habían tapado la nariz porque me negaba a tomar una medicina. Ahora hablamos de las medicinas alternativas, pero en aquella época la no aplicación de un antibiótico o un antitérmico e incluso ahora, puede producir un gran mal o incluso la muerte a una persona. El no acudir a curar a alguien, a veces es un gran error y aunque no lo fuera, la pregunta es ¿hicieron bien al taparme la nariz para que tomara aquella medicina?, desde luego, para mis padres y los médicos sí era muy importante que la tomara. Igual hervía de fiebre y también hay otros métodos, pero desde luego aquella medicina me la calmaba. Quizás tenían que haber sido más listos mis padres y proporcionarme otra clase de medicina o "camelarme" mejor para que me la tomara sin forzarme. Pero ¿cual es la respuesta a la pregunta de si hicieron bien obligándome a tomar aquella medicina que entendían ellos era buena para que al final le fiebre me bajara? Tampoco yo facilitaba las cosas, así que si no conseguían camelarme, me acosaban hasta conseguir lo mejor para mí.
Recuerdo cómo hasta me perseguían alrededor de la mesa y cogiéndome con firmeza por un brazo, me obligaban a abrir la boca hasta que tragara aquello que sabía a rayos.
Una vez estaba curada, juagaba a mis anchas y ellos sonreían complacidos.
Lástima no fueron más listos, pero me salvaron la vida.