La Lechuza está muy atareada, no hace más que llenar el granero del nido, el Búho pude venir de un momento a otro, también hay que orear, reparar y condicionar. No se permite un minuto la Lechuza que no sea de encadenar las tareas. Mira al cielo, escucha el rumor de las hojas y agudiza la vista. Viene el alba
y el ala le cubre los ojos.
¡Hasta pronto querido Búho!, susurra. "¿Me habrá oído?"
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